Consenso NPIS model

El estudio de consenso participativo co-construyó durante 2 años una definición de las INM, un inventario de sus características descriptivas y una lista de recomendaciones metodológicas y éticas para su evaluación.


Continuó el trabajo epistemológico sobre el tema, realizado durante más de 10 años en una plataforma universitaria colaborativa con sede en Montpellier. Su enfoque multidisciplinario, intersectorial y transpartidista identificó las invariantes metodológicas y éticas de la literatura en el ámbito de la salud en relación con las INM. Este trabajo se inspiró en la obra seminal de la HAS.

Se ajustó a los principios de la Evidence-Based Medicine y al enfoque biopsicosocial de la salud. Cumplió con las expectativas de quienes elaboran recomendaciones de consenso científico en el ámbito de la salud. Se basó en intercambios multidisciplinarios e intersectoriales iterativos, abiertos y trazables. La coordinación y la logística estuvieron a cargo de la NPIS. El estudio, que involucró a todas las partes interesadas, académicas y no académicas, fue coordinado por 22 expertos, incluidos dos representantes de los usuarios. Ninguno presentó conflictos de intereses. El trabajo recibió apoyo del INSERM a través de un fondo semilla para la investigación participativa. Las autoridades sanitarias francesas fueron informadas del proyecto en 2021. El 1 de diciembre de 2021, en una conferencia de la NPIS en el Ministerio de Salud, se presentó públicamente el trabajo.


Un primer paso permitió identificar 41 invariantes metodológicas y éticas en el marco de 7 talleres abiertos, colaborativos, multidisciplinarios e intersectoriales con recursos documentales compartidos (70 participantes).

El segundo paso consistió en mejorar los invariantes a través de 9 reuniones de consenso.

La tercera etapa consistió en una votación online segura y única tras una campaña de información con registro individual en un colegio (503 investigadores, usuarios, profesionales y operadores de salud divididos en 4 colegios).

La cuarta y última etapa consistió en recoger las opiniones de las autoridades sanitarias y de las sociedades científicas y luego integrarlas en el marco de evaluación final por parte del comité de expertos.